Un furancho es un local de temporada (entre febrero y mayo), generalmente habilitado en una bodega particular, en el que el dueño de la misma vende y embotella su vino y su aguardiente o caña. Tradicionalmente en él se toman las tazas para probar el producto que se va a beber. Cumple así un doble papel, por una parte sirve de punto de compra-venta del vino y licores (hierbas, guindas, tostada, licor-café) fabricados en la casa, y por otro lado tiene una importante función de relación social a su alrededor. También llamado "Loureiro" por la ramita de laurel que se ponía en la puerta de la bodega para informar de que en ese local se vendía vino de la casa. Actualmente, los furanchos se han visto envueltos en un conflicto con otros negocios hosteleros, debido ha que no precisan licencia, ni tampoco pagan los impuestos que permiten servir comidas. Sin embargo es habitual que junto con los vinos ofrezcan raciones para acompañar, sobretodo de productos del cerdo, jamón, chorizo, zorza, oreja, lomo...
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